Al final de la jornada cuando ya anochece y el cielo comienza a poblarse de estrellas, dentro de ti, comienza a aparecer la necesidad del descanso, del silencio, de la paz.

Has concluido un día más en el sinfín de dias consecutivos de tu vida, es en éste momento cuando te invito a realizar una tranquila mirada por todo lo dicho, pensado y actuado , valorando todas las cosas que pudiste lograr, reconociendo aquellas que no fueron tan acertadas como tu hubieras querido y registrando aquellas que no hiciste,pero que aún puedes hacer.

En éste breve análisis, agrega a tu recuento de actividades todo lo que te hizo sonreir, todo lo que te genero satisfacción, todas las veces que te entregaste amoroso a quienes te necesitaron, las caricias que recibiste, y las innumerables veces que tendiste tu mano en situaciones cotidianas, aparentemente irrelevantes.

Y veras que al final de tu día es mucho lo que tienes para agradecer, por que has sabido vivirlo poniendo en cada acto la energía de tu corazón.