Para introducirnos suave y amorosamente en el interior de nuestra existencia Álmica habremos de recordar que al nacer traemos adherida a nosotros una serie de recuerdos, compuestos de varias piezas diferentes, de restos de situaciones dispares, con formas irregulares a veces incongruentes y sostenidas por el hilo de la nueva vida dando forma a la presencia actual.
Cada recuerdo se va guardando para formar a su debido tiempo esta nueva personalidad que ha de manifestarse mientras dure nuestra existencia en el plano humano.
Nuestra vida presente es la suma de actitudes y conductas que acarreamos desde los comienzos de la manifestación del alma en el plano terreno.

Si unificamos las acciones, tendencias, hábitos y reacciones del pasado que conservan su energía y las condiciones actuales del entorno: familia, amigos, y experiencias que atraemos a nuestras vidas construimos una nueva plataforma, una nueva posibilidad de evolución y cambio.

Es en la vida presente que podemos liberar la energía que nos acompaña desde otros tiempos evitando la repetición de situaciones ya vividas proyectándonos hacia una vida plena y de crecimiento constante.